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Cuadro Triptico. LA ADORACION DE LOS PASTORES. Anton Rafael MENGS. Nacimiento de Jesús, Oratorio. Es un Cuadro antiguo. Triptico con con imagenes decoradas artesanalmente, son tres láminas barnizadas y decoradas sobre Madera. Realizado y acabado en barniz con tonos de color oro envejecido y resina decorativa. Bisagras de metal.
Oratorio Medidas Abierto 65 Cm de Ancho x 47 de Alto x 1 cm. de Grosor
Oratorio Medidas Cerrado 47 de Alto x 32 Cm Ancho x 2 Cm Grosor
LA ADORACIÓN DE LOS PASTORES
Anton Rafael MENGS
1770 / Museo del Prado, Madrid.
La Adoración de los pastores es la obra de Mengs que mejor pone de manifiesto su atracción hacia el mundo clásico, iniciándose el Neoclasicismo. Las figuras monumentales se adueñan de la composición, reduciendo al máximo el espacio representado por una columna. Las posturas de los personajes son de lo más variado, indicando el deseo del pintor de demostrar su acierto a la hora de situar las figuras y el control de la anatomía. Todos los integrantes de la zona baja de la tabla se manifiestan al espectador con tranquilidad y sosiego -incluido el propio Mengs que se representa detrás de san José- contrastando con el movimiento escorzado de los ángeles de la zona superior, en un recurso muy habitual. Los colores empleados recuerdan al mundo renacentista, especialmente rojos, azules y amarillos, al igual que la iluminación inspirada en la escuela veneciana al ser el Niño Jesús el foco de luz. Resulta una de las obras cumbres de este estilo neoclásico, carente quizá de algo de vida. La tabla fue pintada en Roma en 1770, teniéndose noticias de su estancia en Madrid en 1772, durante el inventario realizado ese año, lo que indica que sería un encargo de Carlos III al mejor pintor de su tiempo.
En esa región acampaban unos pastores... De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él»… Los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado». Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.
Cuadro Triptico. LA ADORACION DE LOS PASTORES. Anton Rafael MENGS. Nacimiento de Jesús, Oratorio. Es un Cuadro antiguo. Triptico con con imagenes decoradas artesanalmente, son tres láminas barnizadas y decoradas sobre Madera. Realizado y acabado en barniz con tonos de color oro envejecido y resina decorativa. Bisagras de metal.
Oratorio Medidas Abierto 65 Cm de Ancho x 47 de Alto x 1 cm. de Grosor
Oratorio Medidas Cerrado 47 de Alto x 32 Cm Ancho x 2 Cm Grosor
LA ADORACIÓN DE LOS PASTORES
Anton Rafael MENGS
1770 / Museo del Prado, Madrid.
La Adoración de los pastores es la obra de Mengs que mejor pone de manifiesto su atracción hacia el mundo clásico, iniciándose el Neoclasicismo. Las figuras monumentales se adueñan de la composición, reduciendo al máximo el espacio representado por una columna. Las posturas de los personajes son de lo más variado, indicando el deseo del pintor de demostrar su acierto a la hora de situar las figuras y el control de la anatomía. Todos los integrantes de la zona baja de la tabla se manifiestan al espectador con tranquilidad y sosiego -incluido el propio Mengs que se representa detrás de san José- contrastando con el movimiento escorzado de los ángeles de la zona superior, en un recurso muy habitual. Los colores empleados recuerdan al mundo renacentista, especialmente rojos, azules y amarillos, al igual que la iluminación inspirada en la escuela veneciana al ser el Niño Jesús el foco de luz. Resulta una de las obras cumbres de este estilo neoclásico, carente quizá de algo de vida. La tabla fue pintada en Roma en 1770, teniéndose noticias de su estancia en Madrid en 1772, durante el inventario realizado ese año, lo que indica que sería un encargo de Carlos III al mejor pintor de su tiempo.
En esa región acampaban unos pastores... De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor, pero el Ángel les dijo: «No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor. Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre».
Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él»… Los pastores se decían unos a otros: «Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado». Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre.